13.4.12

Cómic político: las lecciones de Quezada y Rius



Si bien Abel Quezada fue –en palabras de Carlos Monsiváis– “un novelista en el país de los cartones”, el encargado de consolidar el cómic político en México como medio de denuncia y catarsis ha sido Rius, quien desde joven abandonó su fugaz trayectoria como empleado de una agencia funeraria para dedicarse a confrontar los abusos del poder a través de sus caricaturas, publicadas en diversos medios, desde revistas y periódicos como Proceso, Siempre!, La Jornada y El Universal hasta en libros de toda clase: Osama Tío Sam; La Iglesia y otros cuentos; El católico preguntón; La trukulenta historia del kapitalismo; Cómo acabar con el país; Hitler para masoquistas; Horóscopos, tarot y otras tomadas de pelo; El amor en los tiempos del sida; ¿Sería católico Jesucristo?; ¿Quién diablos fue Quetzalcóatl?; 500 años fregados pero cristianos; Lástima de Cuba: el grandioso fracaso de los Hnos. Castro; y El mundo del fin del mundo, son algunos de los títulos que sugieren la amplia variedad de temas que Rius ha abordado en sus casi sesenta años de aventura periodística.

Fragmento del artículo El cómic mexicano, Entre moneros e historietistas de Eunice Hernández, en el sitio web de la revista Mexicanísimo, y publicado en el ejemplar número 29 de la misma.

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